sábado, 28 de abril de 2012

La imposibilidad de la socialdemocracia

Estoy leyendo el libro de Marta Harnecker "Qué es la sociedad" (muy recomendable) y en él plantea lo siguiente:
¿Si un empresario es cristiano y desea suprimir la explotación en su fábrica ¿puede hacerlo?
No. Estas relaciones sociales de producción son relaciones que se establecen independientemente de la voluntad o del deseo de los hombres. El capitalista explota y explotará al obrero aunque no quiera hacerlo, aunque luche personalmente contra esa explotación, ya que las leyes del sistema capitalista son inflexibles. Si el capitalista paga salarios muy altos, y si, a pesar de ello, mantiene los mismos precios para poder vender, lo que ocurre es que disminuye ganancias.
Pero una parte de ellas debe ser reinvertida en la empresa para poder perfeccionar su tecnología y de esa manera poder competir con sus contrincantes en el mercado. Lo que ocurre, entonces es que este capitalista va quedando atrás, hasta que llega un momento en que ya no puede competir con los costos más bajos de los otros capitalistas que han mejorado sus industrias y, por lo tanto, quiebra.
En el sistema capitalista, por consiguiente, a los trabajadores se les presenta una sola alternativa: “o su explotación o la desaparición del empresario” (de la figura, no físicamente).
Basándonos en este mismo argumento podemos ver la imposibilidad práctica de la socialdemocracia, ya que el país en el que se siguiese esa senda perdería "competitividad" (desde el punto de vista capitalista) y estaría abocado al fracaso si no profundiza en la línea de cambios hasta llegar a una sociedad socialista.

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