sábado, 3 de diciembre de 2011

Capitalistas Zen

Esta tarde he leído un artículo de Slavoj Žižek (el cual recomiendo leer) titulado "Capitalistas, sí...pero zen" y me gustaría resumirlo y comentarlo. Para el que quiera os dejo el link del artículo original aquí, el cual también recomiendo ya que los paralelismos con La Guerra de las Galaxias lo hacen bastante ameno.

El artículo habla de cómo la superestructura capitalista en occidente (la cultura e ideología dominante, para los no iniciados en terminología marxista) está pasando de la tradición judeo-cristiana a la budista/taoista ya que ésta sirve mejor para aplacar las conciencias críticas con un sistema que genera pobreza y miseria en una mayoría para que una minoría se beneficie.


El modo de tranquilizar a esos individuos que se sienten frustrados al ver cómo unos pocos disfrutan de privilegios y riquezas mientras que ellos cada vez se empobrecen más y son capaces de acceder a menor consumo se basa en dos principios budistas:


"Todo es subjetivo, no existe una realidad objetiva". De este modo la volatilidad de los mercados financieros y, por consiguiente, de las economías nacionales se explican a la perfección. 
Y 2º "Libérate de los deseos materiales" No es la injusticia inherente al sistema la que hace que te sientas desdichado, son tus deseos materiales los que te encadenan y te frustran. Si me conformo con lo que tengo, seré feliz.


Visto así puede sonar una teoría muy hippie (de ahí lo de capitalistas zen) pero si lo piensas, existe una gran relación entre esta corriente de pensamiento y algunas de las frases que más se han escuchado y se escuchan durante este periodo de crisis. Eso de "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades" ya nos está justificando unos recortes sociales y laborales para que los privilegiados mantengan su nivel de vida mientras el resto somos felices con lo que tenemos (es decir, con los restos que nos dejan).


Este nuevo opio del pueblo más moralista y moderno viene a sustituir al antiguo principio religioso de "sufre en esta vida y serás recompensado en el más alla", que a los más jóvenes ya no convence tanto como antaño. Por ello, la cultura Zen es el complemento perfecto para el sistema capitalista. Así, aunque se generen grandes desigualdades e injusticias, los pobres tendrán la conciencia tranquila porque aunque el sistema les haga vivir en la miseria, ellos son capaces de ser felices con lo que tienen y además pensarán que están haciendo algo contra el propio sistema, por lo que no desearán cambiarlo.

Y así, la esclavitud del hombre por el hombre, de los pobres por los ricos, seguirá manteniéndose bajo una superestructura renovada, moderna, progre e incluso antisistema ante los ojos de algunos despistados.

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